domingo, 16 de diciembre de 2018

Al acecho

Reciente modificación de mi cuento llamado "Víctima de su propia locura" escrito en 2007.





AGENTE RODERICK BROWNSTONE & ASOCIADOS
Agencia Privada de Investigaciones
Más de 20 años a su servicio

Se encontraba el agente Roderick Brownstone sentado en un sillón de terciopelo de su oficina, ubicada al lado de su casa, donde residía desde hacía ya muchos años. Varios diplomas de distinción por su intachable carrera invadían las paredes. Él había venido al mundo con una misión y lo sabía. Se enorgullecía de ello. Unas cuantas canas habían invadido su cabello, y algunas arrugas incipientes amenazaban con añejar la tersa piel de su rostro. Estaba envejeciendo. Cansado, se acomodó en su sillón y tomó algunos ejemplares de los periódicos de las últimas semanas y leyó sus titulares. Todos hablaban de lo mismo: "el loco del cuchillo atemoriza a toda la ciudad".

Era una oscura y nublada noche en el frío Londres, donde reinaba la niebla y el suspenso creado por los numerosos dichos de la gente: "¡cuántas víctimas siguen apareciendo y cuántas otras hubo ya por causa del asesino suelto!", "¡este criminal sigue impune!", murmullaban unos con otros. Era tan profundo el silencio que abrazaba como niebla las calles desde el misterioso sanguinario irrumpió, que tan sólo se escuchaba el ’tic tac’ del péndulo del reloj.

Brownstone se sentía abrumado. No toleraba pensar que había un criminal suelto por esas calles, ese victimario frío y cruel que se paseaba por los oscuros pasillos de las veredas y atacaba sin rodeos, despiadadamente y sin un motivo aparente… Parecía elegir sus víctimas al azar, sin distinguir sexo, clase social, edad ni etnia. ¿Por qué lo hacía, entonces? ¿Qué buscaba? Ni un identikit tenían siquiera para conocer el rostro de quien buscaban.

-Maldita sea- masculló Brownstone para sus adentros. Encendió un cigarro y se recostó sobre su sillón mirando el cielo raso, absorto en sus pensamientos, mirando la nada, pensando en el todo. Si tan sólo pudiera recordar algo, llegar a una pista o poder reunir las pruebas suficientes para inculpar a alguien, pero ¿a quién? En sus veinte años de servicio como detective jamás había fallado, y éste era el primer caso que le llevaba más de seis meses; y la primera vez que se sentía perseguido, acechado, sugestionado, paranoico. 

El asesino en serie operaba avanzada la noche, a altas horas de la madrugada; y las veces que pasó sus noches en vigilia a la espera de alguna novedad, ningún acontecimiento acaecía. El escurridizo maleante conocía el momento justo para atacar y despistar a sus seguidores sin dejar huellas en el lugar del crimen. "El loco del cuchillo" jamás dejaba rastros de sus andanzas.

Había llegado a considerar la idea de que si este asesino no sería enviado por alguien para hacerlo fallar a él como detective, para finalmente robarle su prestigio, su status. Últimamente se había sentido espiado, cada vez que entraba a su casa miraba a ambos lados de la acera para asegurarse que nadie haya ido tras de sí. Temía por su futuro profesional y su imagen pública pero, por sobre todo, temía por su vida. 

De pronto, una loca idea cruzó por su mente: ¿Sería el agente Clirk, tal vez? Uno de sus socios, el más brillante de ellos. Era diez años más joven que él, hábil y astuto. No sabía si confiar en él. Había sido su aprendiz y un excelente alumno. Pero empezaba a temer que él buscase superar al maestro robándole sus técnicas, haciéndose de sus honores, de su labor incansable, de sus mejores años. Insultó para sí mismo preguntándose cómo podía ser tan idiota, y pensó que -quizá- lo mejor sería despedir a Clirk. 

Una rabia poderosa lo carcomió por dentro consumiendo su juicio en llamas, y en un arranque de furia, estrelló su taza contra la pared.

-¡¿CÓMO PUDE SER TAN CRÉDULO?!

De inmediato, sintió el arrepentimiento, como siempre. Los años habían brindado calma a sus tormentas y sabiduría a sus desaciertos, pero había veces en que el estrés lo sobrepasaba, y ésta era una de esas veces. Estaba salido de sí, angustiado. Se levantó a recoger los trozos de su taza preferida hecha trizas, y entonces vio el brillo reluciendo en un estante de su biblioteca: un paquete de cajas de habanos importados y una formal tarjeta color bordó acompañando el ya abierto paquete, escrita en una perfecta caligrafía en cursiva:

Para mi mentor, en su nueva vuelta al sol. –Vincent Clirk.

Se sintió miserable e indigno de tanto aprecio y admiración. Se dijo que no podía dudar de su colega a quien consideraba un amigo y quien había estado aún en sus más austeras circunstancias.

Luego de reflexionar un buen rato, consideró que sería una sabia opción recobrar su merecido descanso que le hacía falta por sus ya constantes noches de insomnio. Dejó su pipa en el escritorio, junto a la humeante taza de té que cotidianamente se hacía antes de acostarse. Luego de beber la infusión, guardó su navaja de seguridad en el bolsillo de su capa, se puso sus guantes para calmar el frío de la noche, y se recostó en su cama.

2:24 am, nuevo allanamiento por un crimen, calle 72 número 726; informando al agente Brownstone- describían las líneas del telegrama proveniente de su colega laboral, el agente Clirk.

Brownstone se despertó sobresaltado, había tenido pesadillas otra vez. Leyó el telegrama del agente Clirk y se dio cuenta de que el último crimen registrado del loco del cuchillo había sido en las inmediaciones de su casa.

-A pesar de mis miedos, debo atraparlo-se aseguró-. Hoy mismo iré donde sea que tenga que ir; hasta las últimas consecuencias. Hoy es el último día de libertad de ese lunático.

Se encontraba, nuevamente, sentado en el sillón de su oficina. Eran las 3 am y lo acompañaban varios litros de café que lo ayudarían a mantenerse despierto y con la suficiente vitalidad para actuar. Empezó a sentir pasos y, sin dar lugar a conjeturas, se envalentonó y salió a investigar, decidido a atrapar al criminal y poner fin a ese arrebatador de vidas inocentes, quien se había convertido en un verdadero obstáculo en su vida profesional, en su mayor impedimento; en su mayor obsesión.

Asustado, salió de su casa irrumpiendo en la ya adentrada noche. Se le aceleró el pulso. Necesitaba ser cauteloso, más inteligente que su presa, no dejarse dominar por sus emociones, pero le era harto difícil sintiéndose en desventaja. En efecto, alguien lo perseguía. Los pasos se hacían cada vez más notoriamente auditivos, atrayendo consigo sombras. El corazón le latía más y más fuerte, se le iba a salir del pecho. Sentía cómo unas frías gotas de sudor recorrían su cuerpo invadiéndolo de escalofríos en formas de espasmos, los cuales sentía como miles de espinas clavándose en su piel. Más sombras, más ruidos... Se puso a correr como loco, huyendo del asesino. 

No sabía hacia dónde dirigirse, había perdido su sentido de orientación. Su vista se nublaba al ritmo de las palpitaciones. Sentía mucho miedo, cada vez más. Juraría que escuchó una risa lejana con un leve eco, se dio vuelta, sobresaltado, esperando ver a alguien y nadie estaba allí. ¡¿Cómo puede ser?!

Era todo silencio, silencio y pasos, su acelerado trote iba en aumento. Giraba en círculos, buscando algún lugar donde esconderse. Pero no había nada, o él veía la mismísima nada. Miedo, sugestión, paranoia... Estaba temblando de un modo casi convulsivo. Se agarraba la cabeza con locura, pensando que aquel loco finalmente lo tenía entre sus manos. Siguió corriendo desesperadamente por los oscuros pasillos, corriendo más fuerte aún. Seguía sudando, su respiración había pasado a ser de breves y repetidos jadeos. Su corazón subía de ritmo, ya latiendo frenéticamente. Sus ojos brillaban de un modo fervoroso, casi maniático, fuera de control; fuera de sí mismo.

Fue entonces cuando vio la sombra de alguien pasar. Casi sin pensarlo, se abalanzó contra él, sacó su navaja y, haciendo caso omiso de las súplicas y los gritos, lo mató a salvajes acuchilladas.

Un, dos, tres; un, dos, tres; sentía el cuchillo perforar cada tendón, cada músculo, romper cada hueso. Sus ojos se salían de órbita ante cada embestida, miró sus manos teñidas de sangre y el cuerpo del hombre estremeciéndose de modo inerte debajo suyo. Se sintió lleno de poder y de júbilo, repitiéndolo más y más. 

De pronto, una luz intensa lo encegueció.

-¡Alto ahí, usted está detenido!- resonó fuertemente una voz. Brownstone se dio vuelta y se encontró con el agente Clirk, que luego de haberlo perseguido, llegó en el indicado momento para atraparlo- Tiene derecho a guardar silencio.

Brownstone giró la cabeza y se encontró con su obra: había asesinado a un inocente vagabundo. No entendió bien, pero una parte de su mente había vuelto a la consciencia.

Un grupo de personas lo rodeó. Le ataron las muñecas y quedó de rodillas, taciturno, mirando la nada. Sintió el agudo dolor de las agujas sobrepasando las capas de su piel. El temblor cesó y no sintió más nada.

Decenas de personas con micrófonos y libretas haciendo preguntas a montones. “¿Cómo es que el asesino siempre fue el intachable investigador?”, “¿hace mucho sospechaba de él?”, “¿es consciente de sus atrocidades o está enfermo?”.

-El que creímos era nuestro más prestigioso y brillante detective, resultó ser "el loco del cuchillo". Padece una severa enfermedad maníaco depresiva con un grave deterioro cognoscitivo en aumento. Con su trastorno, no podía recordar las claves elementales de los hechos que cometía estando fuera de sí- contó Clirk a las autoridades el día siguiente del hecho-. Por eso sufría de alucinaciones auditivas y manía de paranoia, él mismo me confesó que se sentía perseguido y observado. Estoy realmente muy dolido, era mi modelo a seguir y quien creí un amigo-suspiró-. Ahora está lejos de poder volver a cometer daños a la sociedad, ya no es una amenaza. Está encerrado, víctima de su propia locura...

-Gracias, Agente Clirk… 

Cerró la puerta tras de sí, se recostó en un sillón subiendo las piernas a la mesa, encendió un habano y levantó el teléfono.

-Fueron costosos tus servicios, y la paga adelantada… pero valió cada centavo. Sí, la droga funcionó de maravilla en los habanos. Temí que no causara más que adicción pero como verás, todo salió tal cual lo planeado. Seguiremos en contacto, te has ganado un cliente. Un placer hacer negocios contigo…

Se puso su abrigo, tomó sus cosas y salió. Pero antes, colgó un nuevo cartel en la puerta:


AGENTE VINCENT CLIRK & ASOCIADOS
Agencia Privada de Investigaciones
Más de 20 años a su servicio

jueves, 15 de noviembre de 2018

Eternamente

Solo se muere cuando se olvida. Guardianes de nuestro mar, de nuestra Argentina, viven eternamente en nosotros hasta el fin de nuestros días. 


A.R.A. San Juan

lunes, 12 de noviembre de 2018

Aries

Fue efímero. Fue efímero, intenso, e iluso a la vez. Fue errático, equívoco, torpe y ciego. Ciego, y sordo, e inconsciente también. 
No se puede medir la coherencia cuando estás sintiendo cosas por dentro, ¿o acaso se puede medir, frenar, controlar un sentimiento? 
Supe que ibas a hacerme mal. Y lo intenté, de verdad, créeme que lo intenté. Ciertas cosas las vi y elegí no verlas. Quise creer que me equivocaba, como si la intuición alguna vez nos fallara. Ay, si pudiésemos confiar más en ese mecanismo interno de defensa que nos dice: "¡alerta, va a herirte!", sin pensar que exageramos. No, date cuenta, exagerado se es ante un primer juicio. Después de un tiempo se ve con certeza, si los actos hablan o no por sí mismos. ¿Por qué, entonces, ser tibios?
Conozco mis fortalezas y mis debilidades, y me conociste fuerte, pero también me conociste frágil. Y estaba frágil no por no quererme (como antes) o por ser ingenua y confiar demasiado, sino por, justamente; querer confiar.
Yo quise creer en tus palabras. Quise creer en tu lado mejor. Quise creer en tu alma, en tu luz interior. Quise demostrarme que es mentira que el amor no existe o, más bien, que no lo necesito. Quise, por una vez en mucho tiempo (desde que me proclamé mi propia autocracia) sentir que no tenía por qué tener una coraza, por solo tener miedo. Quería no depender solo de mí, sino también dejarme querer, dejarme cuidar, dejarme descubrir. 
Yo solo quería tu compañía, un poco de diversión, algo de ese lindo torbellino de energía, de tu infinita pasión...
Pero me confundiste.
Me confundieron tus ojos pardos, con pobladas pestañas, observándome fijamente. Me confundió tu sonrisa impertinente y tu mirada de devorador. Me confundió tu dulzura de poeta y tu actitud de conquistador. Me confundió tu chispa, tu mente analítica y tus constantes críticas a lo establecido, y esa necesidad de querer que te sane lo herido. 
Me confundieron tus manos tomándome por la cintura, acercándome a vos, estrechándome a tu pecho y a tu corazón; latiendo de manera palpitante. Me confundió que me busques de modo incesante. Me confundió tu manera de buscarme pelea y reírte como si fuera lo más divertido. Tu tacto atrevido, tu tierno acariciar. Me confundieron tus risas y tus ojos con lágrimas. Me confundieron nuestras diferencias que creí complementarias. Me confundió que deposites en mí tu confianza y me digas que querías un futuro conmigo.Y a pesar de verte tan inestable, tan perdido en el camino, sentí que, ¿por qué no?, podías ser un desafío.
Me confundió tu porte de hombre y tu gracia de niño, el ardor de tus besos: por momentos suaves, a veces frenéticos. Me confundió tu perfume y la suavidad de tu piel. Pero, sobre todo, me confundió tu discurso tan cruel.
Tus palabras medidas y pensadas de manera estratega. Tus palabras que, Dios, ¿cómo pude creer? Tus palabras que solo buscaban mi entrega, mi fe, mi dominio, mi orgullo al caer. Me hablaste de amor con tanta elocuencia, me hablaste de amor, ¿podés recordar? Me hablaste de amor, creí en tu franqueza, y solo dolor supiste dejar.
No te importaron mis ilusiones, ni tus actos devenidos en consecuencias. Y a sabiendas de tu juego, elegiste abrazarme y susurrarme una canción, para así asegurarte de que -de por vida- la oiga y escuche en mi oído tu voz.
Aún siento tu calidez pero, creo, te pude superar. Es solo la ausencia de sentirme vacía, el miedo a que nadie me vuelva a amar. Es la impotencia de sentir que con un suspiro quisiste derribar el castillo que tanto me costó construir. Y la angustia y el terror a ser por siempre una piedra, por no poder mi corazón abrir. 
La melancolía de siempre volver, de siempre tratar, de soñarte y odiarte, de jamás olvidar; de saberme inteligente y no poder con esto, y de los pensamientos que sí, no te niego; aún hoy me robás. 



martes, 28 de agosto de 2018

Desvío

Este mundo no está hecho para los soñadores,
ni para quien florece en su esencia,
ni para aquellos que mueren por valores,
que viven y dejan vacío en su ausencia.

Este mundo no está hecho para los poetas
que, nostálgicos, le cantan a la luna
ni para aquellos románticos
que dejan el corazón en su pluma.

Parecen ya muertas tantas esperanzas
y tantas promesas de amor eterno,
van todos esquivando ajenas miradas
olvidando así su niño interno.

Es que este mundo cambiante y errático 
no comprende lo que a uno trasciende,
el altruismo es algo enigmático,
para quienes tan sólo egoísmo sienten.

En un sinfín de incertezas 
y de reemplazos materiales 
pareciera una demencia 
vivir creyendo en ideales.

Ser quien encuentra belleza en lo intangible
y alimenta su ser de enriquecer su interior,
te va a llevar a lo incomprensible
de sentir soledad, con gente alrededor.

La sustancia real de lo imperfecto,
la empatía abierta hacia los demás,
el aceptar nuestros propios defectos 
y la plena consciencia de ser uno más;

no pareciera estar en la agenda de hoy día 
ni como idea de camino a lograr,
está ya muerto el tiempo de la poesía,
y del amor como conexión real.

Ante el dolor de saberse distinto 
y de abrazar la agridulce soledad,
queda la voz que aclama el instinto
de hacer de ti mismo tu propio lugar.


lunes, 13 de agosto de 2018

Nuestro manifiesto

Soy mujer y me pregunto 
¿cuál es mi propósito real?
Parece que para el mundo 
sólo vine a procrear. 

Nos inyectan culpa divina,
nos enseñan a no protestar. 
Nos prefieren calladas y sumisas,
nos previenen de todo mal.

Pero ha llegado el día 
que todos temieron venir. 
Despertamos feministas,
nuestro eco han de oír. 

Si ser madre yo quisiera, 
lo podría decidir.
Cuando, donde y con quien quiera;
sin el miedo a morir.

No me eximo de mi sexo,
soy mi dueña y mi verdad.
Porque yo mando en mi cuerpo 
es que exijo libertad.

No tolero la injusticia,
avalar la impunidad.
Cuántas muertes, cuántas chicas,
por la clandestinidad.

Gobernante hipocresía,
pestilente moralidad,
mientras se dicen "provida"
suman más mortalidad.

A nadie parece importarle 
cuánto han de sufrir,
porque es tan redituable
el negocio de concebir. 

Grito "basta" a la mentira,
ala sangre que hacen correr,
porque creo en MI vida 
digo "esto se va a caer".

Si unimos nuestras voces
juntas en sororidad,
llegará así nuestro goce;
nuestro tiempo de verdad.


jueves, 9 de agosto de 2018

Duda

¿Cuál es el reflejo de ti mismo que más te define: 
la opinión de los demás,
o la imagen que te devuelve el espejo?



domingo, 29 de julio de 2018

En vilo

Te he evocado en mil pensamientos,
te he dedicado miles de canciones,
te he mantenido vivo en mis adentros,
te he sentido conmigo en mis acciones.

Te he compartido de mi día a día,
y he conversado contigo en silencio.
Te he cocinado miles de comidas 
y he contemplado tu rostro en el viento. 

Muchas películas he visto contigo,
mientras tan sólo mi presencia tenía. 
A muchos lugares viniste conmigo,
cuando, sin más; tu ausencia reía.

A veces no sé si vivo o si sueño,
si estás o no estás; o es sólo una idea.
A veces quisiera olvidar y pienso,
que no somos más que huellas de arena. 



sábado, 14 de julio de 2018

Búsqueda incesante

Tu ser traspasa los límites de espacio y de tiempo. En mi mente, al verte, son conceptos superfluos.
Te mantengo vigente en mi plano de ideas. Y no sé cómo puedo hacer para encontrarte.
El mundo actual está plagado de normalidades y no puedo hallar la rareza.
¿Cómo se vive en semejante extrañeza?
Te busco entre personas y me resultan tan ajenas.
Son todos tan iguales… Tan faltos de frescura.
Son todos tan banales... Siguiendo estructuras.
Cargan con prejuicios, con miedos y con trivialidades
pero la soledad los mata como nadie.
En estos tiempos en que todo es multiplicable
el amor pasó a ser un mito sin razón explicable.
No sé tu nombre, tu nacionalidad, ni cómo es tu cuerpo.
No oí tu voz, ni sentí tu tacto, ni la calidez de tus besos.
No sé cómo es tu cara, ni tu risa, ni tus defectos;
Pero sólo sé que allí estás, en algún rincón de este vasto planeta;
esperando aquella mente que batalle tus creencias,
que te funda en su locura,
que te lleve por caminos y contagie su aventura,
que te ame con pasión y también con las palabras,
que despierte entre tus risas
y se duerma en tu mirada.


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miércoles, 13 de junio de 2018

Aborto legal, seguro y gratuito

Together we stand, divided we fall.~ 

Siempre me gustaron los personajes femeninos fuertes, guerreros. Siempre me gustó la idea de la mujer que se supera a sí misma, que lucha por lo que quiere y en lo que cree y que no se queda esperando a que su príncipe la rescate.
De chiquita, no me interesaba ser princesa. Yo quería ser sailor scout y luchar por el amor y la justicia. Admiraba el intelecto y la sabiduría de Hermione Granger y me emocionaba con la escena en que una multitud ovaciona a Mulan y le reconoce su valor en combate.
Y de adulta, no puedo sino seguir con la idea de una mujer empoderada, segura de sí misma, que considera al hombre un par (ni más, ni menos) y que construye sus vínculos desde el respeto y el amor y no desde la necesidad de protección.
También considero que un trato sano es aquel donde hay libertad de ser y donde prima el consentimiento. Y si es sí, es sí; y si es no, es no.
No sé si abortaría en caso de quedar embarazada. Lo que sí sé es que no decidiría por otra persona. Que yo haya crecido en un ambiente familiar con amor, educación y salud no quiere decir que sea el caso de todas. No todos pueden elegir.
Como también sé que no quisiera que yo ni ninguna de las mujeres que quiero (familia, amigas, compañeras de trabajo) mueran o se vean obligadas a sufrir en un lugar clandestino desprotegidas, sin un seguimiento médico y psicológico, sin estar contenidas; o a llevar a cabo un embarazo que no desean, por el motivo que haya sido.
Por mi parte, la moralina no da potestad de decisión por todos porque hay realidades diferentes, situaciones diferentes y un momento para cada quien.
Menos prejuicio y más empatía, que el mundo no se termina en nuestro propio ombligo.
Y a quien no le gusta, que no mire :)

🙌

No se trata de moral, sino de ética; hay que ser sensato y no hipócrita.

Educación sexual para poder decidir, 
anticonceptivos para no abortar
y aborto legal para no morir.


sábado, 9 de junio de 2018

Escribir un evento de tu vida de atrás hacia adelante

El siguiente texto que escribí el año pasado es el resultado de un ejercicio que funciona como disparador de escritura narrativa. Forma parte del proyecto mensual de treinta días extraído del maravilloso blog Escribir.me de la escritora (o, como ella se define de manera puntual y creativa: escriviviente) Aniko Villalba; el cual reúne distintos tips de otros escritores creativos que la inspiraron a ella escribir, y también disparadores propios.
A mí particularmente me sirvieron (y sirven) mucho estos disparadores, sobre todo en la época que estuve con el famoso "bloqueo de escritor" y, aunque hoy ya no lo tenga, siempre es bueno recurrir a un ejercicio que te mantiene la creatividad vigente; ya que es la práctica lo que la mejora y no esperar una inspiración mágica caída del cielo a modo de epifanía.
Escribir a veces es difícil, como cualquier otra actividad que amemos y nos desconecte de la realidad en que estamos inmersos (tocar un instrumento, bailar, dibujar, hacer artesanías, salir a correr; etc). Pero si disfrutamos de hacerlo y nos hace sentir vivos, si nos conecta con nuestra propia esencia en una sociedad que nos conduce a ser uno más, a ser solo una pieza de un engranaje colectivo que nos exime de todo tipo de identidad, de autonomía, de libertad y alegría; entonces con más razón debemos hacerlo. Dejarse abatir por la rutina es fácil, tirarse a la queja también; pero es de valientes ir contra la corriente y dedicarle tiempo a lo que creemos que vale la pena, aún si el mundo lo considera irrelevante. Aunque sea dedicarle diez o quince minutos por día, al principio. Dicen que la mente tarda veintiún días en formarse un hábito, sea bueno o malo. Podemos, entonces, darle una manita para ayudarnos en nuestro propósito de ser un poquito más felices, ¿no?

Este texto pertenece a la consigna del día 14: "Escribir un evento de tu vida de atrás hacia adelante", el cual invita a escribir un evento dramático de tu vida (un accidente, una pelea o pérdida) y escribirlo de modo tal que diese la sensación de estar viendo una película y que la cámara la haya filmado esa circunstancia solo permitiese verla de atrás hacia adelante.
Acá va:


Salió corriendo con mi teléfono roto y caí de rodillas, temblando y llorando de un modo convulsivo, sin poder salir del estado de shock.
Doy fe que estar frente a frente con la muerte hace que tu mente proyecte flashes de distintos momentos de tu vida, como si fuera un videoclip.
En ese corto lapso me vi de bebé, rechoncha y risueña, y fui observadora omnisciente de distintos momentos de mi crecimiento. Me vi con mis papás, mis abuelos, mis tíos, mis primos, mis perritos; me vi saliendo del jardín y entrando a la escuela, jugando al Sega, mirando Sailor Moon, leyendo Harry Potter y escribiendo canciones con mi guitarra a mi lado; el día en que me enteré que mi mamá estaba embarazada después de tanta espera y el nacimiento de mi hermana, mi fiesta de quince años, mi viaje de egresados a Córdoba, la muerte de mi amado nonno, la adolescencia con mis amigos, mi primer beso, la primera vez que me enamoré... 
"Dame todo lo que tengas o disparo", había dicho, poniéndome la pistola en la sien derecha.
Entendí que éstas podrían llegar a ser las últimas palabras que oyera y, con el cuerpo paralizado y casi en un intento irrefrenable por aferrarme a la vida, cerré a los ojos y me entregué a su voluntad, sin saber qué hacer o cómo actuar, y deseando que mi vida no llegase a su final con apenas diecinueve años de existir.
Todo transcurrió en esos eternos segundos (tal vez fue un minuto, o tal vez dos) en que sentí el frío contacto del hierro del arma con la piel de mi rostro bañado en lágrimas y mi cuerpo helándose, en parte por temblar de miedo, en parte por la fría brisa que producían los pocos árboles que habitaban en esa esquina, en ese rincón inhóspito y descuidado del Conurbano Bonaerense; en aquella oscura noche de verano de 2010. 
Fue un impulso estúpido el que nos condujo hacia allí, la impunidad y el desparpajo de la juventud. Decidimos salir solas, mi amiga y yo, un viernes pasada la medianoche (madrugada de sábado), a tomar un colectivo que nos lleve al boliche, en lugar de ir en remis. 
Si algo me salvó, tal vez, de que el tipo jale el gatillo, fue que mi amiga tuvo la lucidez mental de tomar mi cartera y vaciarla en mitad de la calle, para que viese que no tenía ningún objeto de valor: tan solo maquillajes, mi libreta de DNI, un saquito de hilo, unos lentes de sol y un celular baratija que compré usado en Mercado Libre. 
Me había olvidado la billetera en la casa de mi amiga, con la mitad de mi sueldo que iba a destinar a comprar ropa esa mañana.
Pero esa mañana no fui. 

lunes, 28 de mayo de 2018

Falsedad

Me veías con tus ojos, 
me desnudaste con la mirada,
pero a pesar de eso, nunca
miraste dentro de mi alma. 

Porque de haberlo hecho, 
te juro, y no exagero; 
habrías podido ver 
lo puro de mis sentimientos.

Pero poco y nada te importa
que esté colmada de valores idealistas,
porque tu único interés
es meramente narcisista. 

Tu ego no entiende de confianza,
tu mente no sabe de empatía, 
tu cuerpo no escucha más
que lo que dentro de sí se anida. 

Tu vida no es más que un lamento, 
indigna, carente de afecto;
ya no vas a ser mi tormento,
ni una espina clavada en mi pecho. 

Qué triste usar al amor como recurso
para suplir tus necesidades más viles,
prometer en vano es propio de un obtuso
que cree esa actitud propia de viriles.

Pero no, señor medieval,
déjeme decirle: 
vaya siempre con la verdad
y mejor va a sentirse.

Porque algún día va a amar
y no a divertirse,
y qué duro va a ser afrontar
que no sepa más que irse.

Por mí elijo algo mayor,
merezco alguien mejor,
aunque hoy desangre mi dolor,
al menos, yo doy amor. 

La hipocresía no es más que efímera,
la galantería no es verdadera,
a mi sonrisa, razones le quedan
para encontrar quien realmente la quiera. 




jueves, 17 de mayo de 2018

Mejor sola...

Me cuesta creer en mentiras
en que nadie posea honestidad,
no entiendo que los miedos eximan
el sentir como mayor oportunidad.

Será que estoy hecha a la antigua
y aún creo en amores imperfectos,
en que hay quien ama a mi medida 
y se enamore de mis defectos.

Porque hay algo que está implícito
rebelándose a lo actual,
es el único requisito
prioritario y esencial: 

aceptarse a uno mismo
para amar sin descartar,
crecer es el mayor desafío 
para saber valorar. 

Yo prefiero arriesgar en vida
que quedarme en el vacío.
La vacilación nos debilita
y nos conduce al abismo.

El perder nos hace fuertes
no hay maestro como el dolor,
pero errar es inherente
y superarse da valor.

¿Qué sentido tiene transitar
por el mundo sin vivir?
es mil veces mejor amar
que dejar al alma morir.

Si no me llena, no lo quiero; 
lo gratis no vale nada.
Por mi parte aún espero
amor en mente, cuerpo y alma.

Poco me importa la banalidad
esconder un corazón roto,
los débiles siguen la fragilidad
y yo merezco un amor con todo.

Será que no comprendo un mundo tan efímero,
será que me muevo en tiempos distintos,
pero no sé cómo desechar sentimientos
y a la vida sin amor, no la concibo... 


miércoles, 16 de mayo de 2018

Cómo explicarte

¿Cómo explicarte
si me derrito ante cada beso,
si me incinero en el simple tacto,
si me desarmo estando en tus labios?

¿Cómo explicarte
si a cada segundo ardo de deseo,
si a cada minuto siento que te quiero,
si cada día a mi lado tenerte espero?

¿Cómo explicarte
lo que no tiene lógica,
lo que me deja atónita
lo que me invade sin escapatoria?

Con solo verte
se paraliza mi corazón,
las llamas del deseo me queman,
y me acarician en dulce ardor.

Solo sentirte
me ata entera a tu alrededor,
soy presa tuya, sin más razón;
quiero fundirme por siempre en vos...

Tu risa resuena en mis pensamientos,
tu mirada hechiza mi cuerpo,
tu voz musicaliza mis sueños,
tus manos me abrazan a cada momento...

¿Cómo explicarte todo ésto que siento?





martes, 1 de mayo de 2018

La muerte

Un camino de oscuridad,
Un instante de soledad,
Un barco hundido en el mar,
Una vida que se va a acabar.

Un tsunami en la tempestad,
Un adiós sin vuelta atrás,
Un grito sin esperar,
La pesadilla del despertar.

El gusto amargo de la verdad,
El dolor de la cruda realidad,
El acto de todo dejar,
Y sin parar de llorar.

*2005



lunes, 30 de abril de 2018

En el blanco

A cada momento puedo sentir
que te amo más, a cada latir,
de mi corazón, pobre hazmerreír,
de tu falso amor, de mi gran sufrir.

De esta pasión que creo vivir,
que te amo más y quiero decir
que soy nomás un alma a morir
por un flechazo rápido y vil.


*2006



lunes, 23 de abril de 2018

Hasta el final

~No permitiré jamás que esta Causa pase al olvido,
lucharé con mucho ahínco hasta ver mi bandera flamear .
Y si algo llega a pasarme,
"¡Váyanse!" gritá con fuerza,
para que el mundo sepa que el imperialismo es infame.
Más no seré un lord inglés,
y ellos me vean salvaje y libertino.
Pero qué orgullo me da saber que
carajo, ¡soy argentino!
Y mientras tenga el poder de seguir sano y con vida,
pelearé por Malvinas que a nosotros han de volver.
A su pueblo no he de odiar,
pero sí a su historia.
Saqueadores de ultramar,
¡Yo sí tengo memoria!
Vi caer a mis hermanos,
por ellos busco memoria.
Que esa cruel y vieja escoria
nos mandó hundir el Belgrano.
Con mi fusil en mano
Y con la voz ya rota,
Grito fuerte y disparo:
"¡Ésto no es una derrota!"
Porque nosotros los soldados
a la Patria jugamos servir.
Coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.~



viernes, 30 de marzo de 2018

Fuego

Cada vez que te miro,
mi corazón se derrite.
Porque eres como el fuego
que quema mi cuerpo
y mi vida exime.

Me deja hecha cenizas por el camino, tan triste,
tan sola, alienada;
sin razón que me motive,

sin amor que me conquiste.

*2006


lunes, 12 de marzo de 2018

Caminos



A veces la vida te sorprende con drásticos cambios que no esperabas, que jamás hubieses imaginado antes. En el momento en que pensabas que ya nada nuevo podría llegar, y que todo iba a ser una repetición constante de hechos, justamente, de manera repentina; aparece el cambio. Y, si lo ves finamente a la distancia (porque solo desde la distancia se tiene sentido de la perspectiva) te das cuenta de que, de forma paulatina y silenciosa, todo iba de a poco acomodándose para que hoy estuvieses donde estás. 

Me pregunto por qué me costó tanto escribir sobre mi viaje a Italia, cuando pude escribir una entrada minuciosa y detallada de cada lugar que visité de España en el mismo viaje. Y la respuesta es simple: es más difícil de lo que creía. Conocer Italia me hizo conectarme con una parte de mí que no conocía y que, a la vez, conocía demasiado internamente: lo más profundo de mi esencia. Me tocó una fibra sentimental muy fuerte que me descolocó por dentro y me modificó todos, absolutamente todos mis paradigmas y mis planes a futuro. 

Cada quien vivencia sus viajes a su manera, supongo que no hay dos viajes iguales como no lo hay dos personas. Cada momento, cada lugar, cada persona es distinta incluso tratándose de la misma, en el mismo lugar. Son las experiencias las que nos forman, amoldan y enriquecen por dentro. Por eso no sé si será muy común lo que me sucedió en Italia pero, debo decirlo: el corazón me dictó que me quede ahí; me dijo que era mi lugar. 


Estuve un día en Milán, tres días en Venecia y el resto en Roma y Giuliano di Roma (el pueblito natal de mi nonno); de los cuales un día empleamos en recorrer Florencia. Y cada lugar, cada rinconcito de cuanto conocía era como un arcoiris ante mis ojos, sentía como si Italia verdaderamente me estuviese recibiendo con los brazos abiertos y diciéndome "benvenuta a casa". Es que es imposible no maravillarse ante la romántica e histórica Venecia con su paisaje que es una eterna postal, así como no quedarse boquiabierto con el Duomo di Milano, imponente y único, tan egocéntrico que no permite que le quites los ojos de encima. Y qué decir de la mágica Firenze, artística a cada paso, con esas obras originales que toda la vida viste en enciclopedias cuando leías sobre del arte renacentista. Pero en el momento en que pisé Roma supe que estaba en casa, y sobre todo cuando llegué a Giuliano di Roma, la emoción me colmó cada célula del cuerpo. 

Y es que no es solamente la locación, porque Roma es magnífica por toda su relevancia histórica y artística, los caminos de piedra, las iglesias, las fuentes... Y Giuliano es un pequeño pero muy pintoresco pueblito medieval en las afueras de Roma con montañas, mucho verde, farolitos y pocos habitantes que se conocen todos entre sí. Pero como todo, los lugares son especiales para nosotros de acuerdo a quienes nos remitan... Y ese lugar era la historia de mi nonno, donde él había nacido y crecido, donde él se formó, donde él soñó, amó, río, se enojó, lloró y todas las emociones que habrá sentido alguna vez que hicieron que se convierta en el hombre sabio que conocí y por quien tanto amor y admiración forjé. 

Llegar al lugar donde él amó la vida, donde soñó con alguna vez formar una familia, donde desarrolló su amor por la jardinería, donde se sentó bajo un árbol a leer un libro y jugó con sus hermanos y amigos; hizo que una parte de mí que creí morir cuando él lo hizo, volviera a la vida. 

Y así fue como conocí a mi familia de allá: mis tíos y primos, hijos y nietos -respectivamente- de las hermanas de mi abuelo. Y por increíble que parezca, aunque simplemente nos hayamos visto unos pocos días por primera vez en nuestras vidas, formamos una conexión tan profunda, tan directa, tan genuina; como si nos conociésemos de toda la vida. Y es que la sangre pesa, dicen...

Llegué a Italia sabiendo decir "ciao", "grazie", "buongiorno" y "buona notte". Volví parlando itañol (jaja, la misma semana que retorné a Argentina me puse a estudiar formalmente), y prácticamente no hubo problemas de entendimiento con mi familia. Nos reíamos juntos como si siempre lo hubiésemos hecho. Lloramos abrazados como si nos despidiésemos de toda una vida juntos...

Y es que hay veces que la vida te da sorpresas. Que nuestras rutas nos desvían (o conducen) a donde deberíamos estar. Que aunque ciertas cosas parecen inaccesibles e imposibles, en realidad nada lo es. Y que cuando los lazos se forman desde el alma, no hay distancia que los rompa... ni la muerte.