jueves, 15 de octubre de 2015

Tracción a sangre

Ambos son víctimas del sistema reinante,
pero tú impones tu fuerza dominante.
Doblegas al débil por sentirte inferior,
y actúas idéntico al cruel opresor.

Supones que ésto ha de ser natural,
no adviertes lo ambiguo en tu doble moral.
Para ti ellos son solo tu recurso,
mientras que tú te crees un recluso.

Injusto, perverso, horror sanguinario;
así se convierte la víctima en victimario.
Sometes tajante a un destino fatal,
por sucio dinero, a un pobre animal.

Carreta, bozal, herradura, látigo;
¿llevas cartones, o un carruaje romántico?
La corrupción que te explota te hizo su sirviente,
matas tu propia dignidad torturando a un inocente.




No hay comentarios:

Publicar un comentario