martes, 18 de junio de 2019

Frente a ti

*2012

Si supieras lo bello que es amarte en silencio, te amarías como a nadie en este mundo.
-Buen día- me dices, con tu humeante taza de café en la mano y tu habitual expresión mañanera con el entrecejo fruncido. 
Buen día, amor imposible.
Te observo, te oigo, te pienso y te sueño. Imagino conversaciones contigo.
Me encandilan tus ojos cuando me miras fijamente. Juraría que veo un brillo especial en ellos cuando los posas sobre mí (¿o, tal vez, es justamente lo que quiero ver?). Veo cómo aleteas, distraído, tus pestañas en cada movimiento facial involuntario que haces. Lo haces mecánicamente, de modo insignificante, pero inconsciente planificado, como lo es todo en ti -nada librado al azar-. Y, para mí, este momento es mágico.
Te siento respirar.
Te escucho debatir y esgrimir argumentos.
Te veo engullir todo tipo de alimentos.
Te veo sonreír, y todos mis sentidos pierden el control absoluto de sus funciones, generando luego una continua repetición sensorial en mi mente, en mi cuerpo, en mi Alma.
Mi boca calla, mis ojos gritan. Mi corazón me traiciona.
Me miras fijo. ¿Acaso lees mis pensamientos? ¿Me estás analizando? Estás serio -como siempre- pero de repente sonríes. Maldita sea. Otra sonrisa, otro bombardeo en mi corazón. Me sonríes, y tu semblante cambia. No lo notas (o no lo quieres notar) pero tus mejillas enrojecen. Sí, definitivamente tus ojos brillan. Centellean destellos de luz, de vida, emergiendo entre tus pupilas, intentando atravesar esa dura y firme armadura emocional que tienes. ¿Por qué te cuesta tanto ver la dulzura que yo veo en ti?
Te miro, y pienso en que no sé si soy merecedora de un espectáculo tan bello de la naturaleza.
Quisiera poder romper esta corta, larga, fría y tenaz distancia que nos separa, esta cercanía que nos aleja, esta lejanía que nos acerca.
Levanto la cabeza y te miro... qué lejos estás. Quiero hablarte... pero las palabras mueren cuando intento pronunciarlas.
¿A dónde van las palabras que reprimo?
¿A dónde van los pensamientos y anhelos que no concreto?
¿A dónde van los besos que muero por darte y no me atrevo?
¿A dónde vas? ¿A dónde voy?
Si supieras lo bello que es amarte en silencio... aún cuando mis ojos gritan.


2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ay, ¡qué emoción! No suelo recibir comentarios en el blog, jaja. Muchísimas gracias por tomarte el tiempo de leer y regalarme unas palabras. ¡Saludos!

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